MINI-RELATO FOTOGRÁFICO.
Como un autómata que recibe órdenes de algún tipo de fuerza oculta, mis pasos me llevaron hasta el borde del agua.
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Sólo cuando mis pies sintieron una húmeda y fría sensación, mi cerebro emitió una especie de chasquido y se despertó.
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La visión que tenía delante parecía de otro mundo.
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Incrédulo me froté los ojos con el dorso de la mano y volví a mirar al frente donde distinguí una bandada de gaviotas …
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… que al contrario que yo, sí parecían saber donde estaban y a donde se dirigían.
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También vi a unos patos que nadaban en la misma dirección.
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Yo miré hacia allí pero unicamente vi a dos patos más que levantaron el vuelo en aquella condenada dirección.
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Lo que me hizo mirar de nuevo hacia allí.
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Pero solamente vi a una cigüeña que iba, sí, sí, iba en esa misma dirección.
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De repente, una voz cavernosa pero al mismo tiempo cordial, me hizo dejar de mirar el horizonte para mirar a mi lado donde pude comprobar que la voz salía de una vieja encina.
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– No dejes que se apodere de ti, no sucumbas a sus encantos, yo no puedo ya moverme y mis compañeras yacen cubiertas por el agua, todo por escuchar su canto.
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¿A quien te refieres ancestral encina? – Pregunté yo intentando disimular la sorprendida expresión de mi cara.
– Me refiero a la criatura que habita en la Tabla de Tamborríos, esa que se apodera de la voluntad de todo aquel que la oye cantar ¿Acaso no conoces la leyenda?
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– Si la conozco y agradezco tu aviso amable encina, pero ya es tarde, pues llevo años encantado por esta comarca, la Comarca de la Serena.
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Si quieres ver las fotografías en tamaño mayor, sólo tienes que “pinchar” sobre ellas. Todas las fotografías las tomé un atardecer en el Embalse de la Serena (Badajoz), lógicamente a la última le he añadido, por medio de un sencillo procesado, la silueta de una sirena.
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