Con el cuello de la sudadera levantado, el chubasquero plegado y sujeto a la cintura, la mirada en las nubes y la cámara de fotos al hombro respiré fuerte y llené mis pulmones de ese aire fresco, húmedo y rebosante de las fragancias que regala el invierno.
Tras realizar este pequeño ritual comencé mi paseo aprovechando que el sol se asomaba entre las nubes.
Busqué las flores del espino blanco, pero ya no estaban.
Sí estaban las garzas que, a lo lejos, blanqueaban con la luz tenue del sol.
El agua también estaba pero estaba quieta, como dormida.
Su superficie, como un espejo, me devolvió la imagen de los algarrobos y de las eneas…
… la de los eucaliptos …
… y la de otros árboles que me miraban inmóviles como estatuas recién esculpidas.
Quedé prendado por los reflejos que el río me ofrecía.
Quedé enganchado, como un adicto incondicional, a todo aquel mundo de espejos.
Un mundo inmóvil y al mismo tiempo rebosante de vida.
El mundo del río Guadalmez, uno de los ríos de los que ya os he hablado en diversas ocasiones, uno de esos ríos que embellecen la comarca Monte Sur.
Salud y hasta pronto!!
.
Si quieres ver las fotografías a mayor tamaño y definición sólo tienes que hacer “click” sobre ellas.
Puedes dejar tus impresiones en COMENTARIOS, me gustará leerlas.
.
PARA VER ESTOS REPORTAJES HAZ “CLICK” EN EL TÍTULO QUE QUIERAS:
Primeras lluvias en la Presa de Mendoza.
Pantano de la Sierra, Guadalmez.
Paseando por la comarca Monte Sur, parte I y Parte II.
.
