Como dije en el anterior reportaje, esto fue lo que vi a ras de suelo.
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Una de las primeras cosas fueron las abejas, que apenas comenzó a calentar el sol, iniciaron su labor de recolecta y polinización.
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Tenían que seleccionar bien donde se posaban porque la mayor parte la vegetación, así como las flores, estaba mojada por el rocío.
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En los brotes de hierba se habían formado diminutas bolitas.
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Todo parecía rebozado en polvo de diamante.
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Las setas se dejaban ver aquí y allá.
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Algunas veces se mezclaban dos especies, en este caso eran senderuelas y una estrella de tierra.
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Creo que aquí tenemos una exquisita seta de cardo, pero con las setas ya se sabe, debes estar muy seguro para consumirlas.
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Sobre los troncos en descomposición se pueden ver los hogos cola de pavo y los curiosos hongos de gelatina naranja.
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Por último vemos la pequeña sombrilla japonesa erguida sobre su largo y delicado tallo.
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Salud y hasta pronto.
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