Mientras que en el cielo los abejarucos ponían una nota de color.
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En tierra, cerca del agua, otras especies saciaban su sed disimuladas por los cantos rodados y las sombras de la vegetación ribereña.
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Yo también disimulé mi presencia dentro del hide para poder fotografiarlas.
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Así fue como vi acercarse al bebedero al andarríos grandes, que más que beber, se paseaba por el borde del agua capturando insectos y pececillos.
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Si bebieron el rabilargo y escribano soteño.
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La desconfiada paloma torcaz y el picogordo.
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El mosquitero y la curruca mosquitera, dos especie semejantes en nombre y aspecto.
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También lo hicieron especies poco frecuentes como la alondra totovía y el gorrión chillón.
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Otras más habituales como el martín pescador y el carbonero.
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Y ya termino con la mirada desconfiada del arrendajo y el baño del escribano triguero.
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Hasta el próximo reportaje. Salud!!
Puedes dejar tus impresiones en COMENTARIOS, me gustará leerlas.
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