En esta época del año parte del caudal del río Guadalmez se reparte en pequeñas tablas o lagunas.
Algo lógico ya que ha pasado el verano y las lluvias otoñales aún no han hecho su aparición.
La Presa Mendoza echa de menos el paso del agua que en otras ocasiones acariciaba su espalda.
Pero el cielo ya está cubierto con nubes preñadas de agua.
El parto da comienzo y los eucaliptos y las encinas toman formas fantasmales entre la bruma.
Mientras son sobrevolados por las criaturas del entorno como los azulones y la garceta blanca.
O la soberbia garza real.
Las gotas de agua se van depositando sobre la retama que ya ha perdido sus flores.
También reposan sobre los escaramujos.
Y sobre la adelfa y sus vainas.
Cuando cesan estas primeras lluvias, la higuera se ve más verde.
E incluso la mariposa vanesa de los cardos sale de su escondite para recibir lo tenues rayos de sol.
Saludos, hasta pronto.
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Allí donde el río Gudalmez se hace pantano.
Puentes de la Comarca Montesur.
Adiós Primavera, adiós (Almadén).
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